Las empresas de procesado de alimentos se encuentran en una situación de constante tensión entre normas, prescripciones y presión de los costes. Deben alcanzar las cifras previstas cumpliendo, al mismo tiempo, todos los requisitos relativos a las normas sobre alimentos.
Dado que los lubricantes influyen directamente tanto en la productividad como en la seguridad alimentaria, juegan un papel muy importante en la consecución de los objetivos de producción y en el cumplimiento normativo.
En este sentido, los requisitos van mucho más allá de la simple selección del lubricante adecuado: una planificación previsora de las tareas de lubricación y de los procesos de mantenimiento, la implementación y manipulación correctas, la documentación y la gestión del cumplimiento normativo son algunos de los diversos retos que se deben superar en la práctica operativa.
Este artículo proporciona conocimientos prácticos sobre la correcta aplicación de los lubricantes de grado alimentario autorizados en la producción, así como unas instrucciones sobre cómo se puede establecer una gestión de lubricantes eficaz e inteligente en la empresa.
También ofrece indicaciones probadas en la práctica para lograr ahorros, planificar mejor las operaciones de mantenimiento y reducir el riesgo de contaminación. Aquí se explica además en qué medida una correcta aplicación de los aceites lubricantes y grasas lubricantes de alto rendimiento ayuda a prolongar la vida útil de máquinas, instalaciones y componentes.
¿Por qué son tan importantes la correcta aplicación y la gestión eficaz de los lubricantes de grado alimentario?
La producción de alimentos plantea las máximas exigencias relativas al cumplimiento de condiciones marco legales relacionadas con la seguridad alimentaria. De la fiabilidad de las máquinas y los medios de producción dependen la calidad y la seguridad de los alimentos elaborados (sin olvidar la imagen del fabricante).
Unos aceites industriales y grasas lubricantes fiables para la producción de alimentos, como los NSF1 H1, juegan un papel especialmente relevante en lo relativo a los medios de producción. Permiten una elevada disponibilidad y una vida útil más prolongada de las máquinas, al mismo tiempo que cumplen los requisitos sobre seguridad alimentaria. Se utilizan en todos los ámbitos de la industria alimentaria, desde la fabricación de productos de panadería, pasando por el procesamiento de leche y carne, hasta el envasado de bebidas.
No obstante, el uso de lubricantes especiales registrados en la industria alimentaria es solo una parte de la solución cuando se busca maximizar la productividad. Al menos tan importante como la selección de los lubricantes idóneos y autorizados es la implementación de una gestión efectiva de los lubricantes industriales.
Esta comienza con la evaluación y selección de los medios de producción adecuados y certificados, ponderando los costes y el aprovechamiento; supone la elaboración de un plano de lubricación de la planta y procesos estandarizados para la aplicación y el aseguramiento de la calidad; y comprende, además, la formación para los empleados, el almacenamiento y la gestión de las piezas de recambio.
Implementación de una gestión eficaz de los lubricantes industriales alimentarios
La utilización apropiada de lubricantes adecuados y la gestión eficiente de los procesos y tareas correspondientes son requisitos importantes para poder aprovechar el potencial de aumento de la productividad y de la seguridad del alimento.
En primer lugar, se requiere un análisis completo:
- ¿Cómo y con qué lubricantes se está trabajando actualmente en la producción?
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¿Qué retos y deseos de mejora específicos existen?
- ¿Qué objetivos se deben alcanzar?
Una inspección exhaustiva de las instalaciones y procesos, así como la documentación del estado real, permiten formular objetivos concretos e indicadores clave de gestión que deberán alcanzarse mediante una gestión optimizada de los lubricantes industriales.
En el marco de la implementación de una nueva gestión de los lubricantes, se pueden medir y documentar los cambios. Los datos ayudan a valorar las medidas adoptadas y permiten evaluar las mejoras que se persiguen. Además, son útiles para la siguiente auditoría. A continuación, se presentan los cuatro aspectos clave de la gestión de los aceites lubricantes y grasas industriales y las medidas correspondientes con las que alcanzar el potencial de ahorro y optimización.
Gestión de aceites lubricantes, grasas industriales y procesos
El requisito básico para lograr una gestión eficaz de los lubricantes industriales es contar con un plano de lubricación de la planta. Este funciona a modo de esquema general de todos los puntos de lubricación de una fábrica y se elabora a partir de la documentación de los fabricantes de las máquinas.
En el mejor de los casos, el plano de lubricación de la planta garantiza que las máquinas reciben la lubricación óptima y que las labores de mantenimiento se llevan a cabo en el momento adecuado conforme a procesos estandarizados.
Por tanto, el plano de lubricación también debe incluir el mantenimiento (incluyendo su estado actual). Basándose en él, los periodos de relubricación pueden planificarse con los intervalos óptimos y lo más prolongados posible. Esto incrementa la vida útil de las instalaciones de producción y ayuda a reducir las cantidades de lubricante empleadas. Gracias a una mejor planificación de las tareas de lubricación se consigue ahorrar en más aspectos.
A partir del plano de lubricación de la planta también se puede elaborar un esquema general de las tareas y puntos de lubricación que resulte más comprensible al personal responsable de las operaciones y el mantenimiento.
Así, todos los empleados pueden hacerse una idea clara de en qué situación se encuentra la lubricación y las actividades relacionadas con ella en la empresa. Se reducen al mínimo los errores de aplicación debidos a una manipulación inadecuada de los lubricantes industriales.
Al mismo tiempo, el plano de lubricación de la planta es un elemento importante del plan de gestión para garantizar la seguridad alimentaria.
Total transparencia mediante la gestión digital de los lubricantes industriales
Las exigencias para la gestión del mantenimiento son cada vez más estrictas. Por un lado, hay calendarios ajustados y breves intervalos de mantenimiento y, por otro, cada vez son más las especificaciones legales y los requisitos de documentación. Todo ello requiere unos procesos eficientes y una planificación optimizada.
Para garantizar que esto sea así, lo mejor es aplicar la gestión de los aceites lubricantes y grasas industriales con apoyo de un software, para que los planos de lubricación de la planta se puedan aprovechar y administrar de forma digital. De esta manera, el plano de lubricación de la planta se transforma en una gestión de mantenimiento y reparación, en la que todas las personas implicadas en el mantenimiento tienen a su disposición los mismos datos sobre las máquinas y las tareas.
Estas soluciones permiten lograr una amplia transparencia en una época en la que los requisitos son cada vez más complejos. Además, las plataformas digitales contribuyen a una mayor seguridad legal y frente a auditorías, al permitir obtener la documentación sobre las labores de mantenimiento realizadas y otros datos que son relevantes con respecto a la maquinaria.
A través de dispositivos móviles, como smartphones o tablets, se pueden consultar y administrar directamente in situ todos los datos sobre un punto de lubricación concreto. Es importante que la solución basada en software también constituya un apoyo a la documentación sobre las labores de lubricación, conforme a las exigencias de cumplimiento normativo.
Posibilidades de ahorro mediante la unificación de productos y un menor consumo energético
Mediante la introducción de una gestión inteligente de los lubricantes, normalmente aumenta la eficiencia en los ámbitos de las piezas de repuesto, los costes laborales y la energía, lo cual puede reducir el Total Cost of Ownership (TCO) en un seis por ciento aproximadamente. De media pueden disminuir en torno a un dos por ciento los costes laborales, un uno por ciento los costes de recambios y un tres por ciento los costes de energía.
Además, la elaboración y aplicación de un plano de lubricación ayuda a mantener una visión global de los lubricantes industriales empleados. Pueden identificarse aceites lubricantes y grasas industriales similares susceptibles de ser sustituidos, en caso necesario, por un solo tipo de lubricante de mayor calidad. La unificación de los lubricantes industriales utilizados simplifica la logística y las compras, evita confusiones y puede tener un impacto positivo en los gastos de administración y adquisición.
Por ejemplo, el uso coherente de lubricantes NSF H1, diseñados para aplicaciones en el proceso de alimentos, disminuye el riesgo de una confusión de graves consecuencias, o de que se use un lubricante inapropiado. Este cambio en el proceso contribuye considerablemente al aumento de la seguridad alimentaria y, además, permite simplificar el almacenamiento y la adquisición.
Otro pilar de la gestión eficaz de los lubricantes industriales es el análisis y la optimización de la energía. Especialmente las aplicaciones lubricadas con aceite mineral ofrecen un gran potencial de aumento de la eficiencia, por ejemplo, mediante el cambio a lubricantes sintéticos de alto rendimiento. Estos aceites lubricantes y grasas industriales reducen la fricción y presentan una menor variación de la viscosidad con la temperatura, con lo cual se pueden conseguir ahorros de energía medibles en muchas aplicaciones.
Se recomienda establecer a priori parámetros concretos que indiquen el potencial de ahorro en los sistemas tribológicos. Además, se mide el consumo energético, tanto en el estado original como tras la conclusión de una mejora; por ejemplo, tras introducir un nuevo lubricante. Tomando como base los datos de medición se puede determinar la reducción del consumo de energía y la correspondiente disminución de las emisiones de CO2, los ahorros exactos en los costes y el retorno de la inversión (ROI). Los datos obtenidos en el marco del análisis de eficiencia también se pueden incluir en el sistema de gestión de la energía según la norma DIN EN ISO 50001.