Tan importante como el lubricante en sí es que el producto elegido no afecte negativamente a los procesos posteriores. Los lubricantes de proceso tienen que ser fáciles de aplicar y de eliminar una vez finalizada la conformación; idealmente deberían desaparecer sin dejar rastro («aceites volátiles»).
Con nuestros productos especiales podemos contribuir a hacer más rentables sus procesos de conformación, ya sea mediante un bajo consumo, un reducido desgaste o un tratamiento posterior más sencillo.
Decidir qué producto auxiliar es el más idóneo depende ante todo del proceso de conformación específico:
Para procesos de corte, estampación o plegado, por ejemplo, resultan especialmente efectivos los productos a base de disolventes que no (o apenas) dejan residuos, mientras que para técnicas de conformación en caliente se suele recurrir a aceites con lubricante sólido (por regla general, grafito).