Esto afectaría la salud de los clientes y podría suponer una catástrofe para la empresa. La solución: lubricantes para la industria alimentaria con todas las garantías y sellos de calidad.
Para determinar la seguridad de los lubricantes deben cumplir con diversos certificados y exigencias. El más importante es la etiqueta NSF H1 que certifica que los lubricantes son aptos para la industria alimentaria y que no son tóxicos para los consumidores.
La NSF, The Public Health and Safety Organization, avala nuestros productos como válidos y seguros para la industria de procesado de alimentos. Gracias a esto, contamos con hasta 6 centros de producción certificados por todo el mundo que también cuentan con la ISO 21469, que certifica la producción de los lubricantes aptos para un contacto incidental con el alimento. Disponemos de estos centros en Europa, Asia, y América.