El uso de lubricantes sintéticos puede reducir la temperatura de funcionamiento en muchas aplicaciones. Una temperatura más baja significa menos pérdida de energía, mayor eficiencia de la máquina o del compresor, menores costos de electricidad y una menor huella de carbono. Estas relaciones son claras para todos los que están familiarizados con la tecnología y la ingeniería mecánica, sin embargo, medir con precisión los efectos es un desafío emocionante y complejo. “A menudo, solo se mide la diferencia de temperatura y se deriva un ahorro teórico de energía. Esto no es completamente incorrecto, pero al final estás comparando manzanas con naranjas. El ahorro real solo se puede determinar directamente en la máquina bajo condiciones de proceso específicas”, declara Markus Mair, nuestro ingeniero especialista en Eficiencia Energética en Austria.
Eso es exactamente lo que hacemos en Klüber Lubrication. Utilizamos una solución integral que, además de optimizar la selección del lubricante e identificar todos los potenciales de ahorro, incluye una medición profesional de la absorción de energía en el estado original y otra medición después de la conversión. Es importante que estas mediciones cumplan con estándares reconocidos internacionalmente, como la DIN ISO 50015, y con el Protocolo Internacional de Medición y Verificación del Rendimiento (IPMVP), considerado el estándar de oro para este tipo de evaluaciones. De esta manera, los kilovatios ahorrados por el cambio de lubricante se pueden mostrar de forma exacta y comprensible.