EG: ¿Cómo te sentís trabajando en Klüber Lubrication Argentina?
AR: Cuando ingresé tenía solo 22 años. Hoy tengo 61 y estoy muy compenetrado con la empresa, a la cual siento orgullo de pertenecer.
EG: ¿Y por qué? ¿Hay algún evento que nos quieras compartir?
AR: Cuando entré, yo venía de la provincia prácticamente sin nada y hoy en día soy alguien en esta gran nación, gracias a Klüber Lubrication, porque me desarrollé como persona, soy padre. Todo lo que logré, lo hice acá en esta empresa y desde hace 39 años.
EG: ¿Por qué pensas eso?
AR: Porque aquí tuve la posibilidad de trabajar. Yo soy de Tucumán y me vine de allá, sin nada, a la casa de un hermano de mi madre y estuve trabajando en varios lugares. Hasta que un día estaba jugando fútbol, que es mi pasión y un amigo me dijo que tenía un trabajo para mí.
Comencé en la empresa y en esa época el Gerente me preguntó si quería seguir trabajando en Klüber Lubrication, porque ellos estaban contentos con mi trabajo. Le dije que sí y a partir de esa semana quedé efectivo en la compañía.
Ese día llegué a mi casa y le dije a mi tío que había quedado efectivo y que no me quería ir.
EG: Cuando entraste la planta estaba ubicada en Quilmes, ¿Cierto?
AR: Sí, es correcto. Estaba en esa localidad.
EG: Es decir, sos el único que conoció las dos plantas y el más antiguo de la filial. Contanos … ¿Qué anécdotas recordás?
AR: Recuerdo en la parte de fabricación, cuando nos mudamos y vinimos a esta planta teníamos un montacargas manual, lo que es actualmente diferente, porque contamos con auto elevadores.
Yo siempre le digo a los muchachos que nunca esquivé el trabajo, siempre fui para adelante. Hoy en día todavía tengo el valor de decir: me levanto a las 5am, vengo a la empresa y no me quedo quieto en ningún momento.
Acá hubo mucha gente que capacité y todos mis secretos trato de pasárselos.
Bueno, no son “secretos” pero son cosas que a veces el Gerente de Operaciones, Diego Barrionuevo me pregunta, por ejemplo, sobre una grasa de hace 20 años y empiezo a recordar.
A veces me dice “no sé cómo te acordás” y yo tampoco sé cómo. En casa me preguntan algo de la semana pasada y no me acuerdo. Pero acá tengo todas las recetas en mi cabeza.
Trato de enseñarles todo a los muchachos, busco ayudarlos y de esta manera devolverle un poco a Klüber Lubrication lo que me dio, ya que siempre estuvo presente y me apoyó en todo.
EG: ¿Por qué decís que la empresa te apoyo en todo?
AR: En ese momento yo había comprado un terreno pensando en tener mi propia vivienda. Y aquí me dijeron que lo que yo necesitara, la empresa me iba a ayudar.
El Gerente de Planta, por ejemplo, me llevaba a un corralón en Garín para conseguir los materiales y así fue que la construí. El 30 de diciembre de 1996 me mudé.
Y ahora tengo mi casa. Siempre lo digo, es gracias a Klüber Lubrication que la pude tener.
EG: Qué camino recorrido…
AR: Sí. Pienso en todo lo vivido y son muchos recuerdos…
Para mi siendo tan joven, fue una experiencia muy grande sobre cómo tratar a la gente, cómo charlar. Recuerdo cuando entraste a la empresa, muchas veces salíamos los dos de trabajar en la tarde y luego vos me acercabas en el auto.
EG: Cuando entraste a trabajar en Klüber Lubrication, ¿alguna vez pensaste que casi 40 años después seguirías acá?
AR: Mi padre siempre me dijo que hay que cuidar el trabajo. Antes de Klüber Lubrication yo trabajaba como albañil y él decía que ese no era trabajo para mí.
En esa época le envié una carta a Tucumán y le dije que había comenzado a trabajar en una fábrica de lubricantes y que iba a hacer lo imposible para quedarme.
EG: Tuviste éxito entonces, ya pronto tendrás 40 años en Klüber…
AR: Creo que acerté y Klüber Lubrication también acertó conmigo.